Álvaro “el turco” Fayad
Una posible ley donde la divulgación abierta de conocimiento mediante medios cibernéticos quede restringida porque a unos pocos les parece que lo que funciona en Europa es sinónimo de cambio para Colombia se encuentran en un camino que llevará al abismo al país... las condiciones, mientras la política colombiana siga siendo la misma, jamás serán iguales aquí que allá, aquí lo que necesitamos son soluciones colombianas para los colombianos, soluciones a nuestros problemas, a nuestras necesidades; y el hacer del conocimiento una riqueza limitada y controlada jamás puede ser una solución para el crecimiento intelectual que necesita Colombia. La ley 23 de 1982: ley actual que, en Colombia, rige los derechos de autor (una doctrina inventada en el primer mundo) que por su antigüedad no habla sobre información digital, reproducción de cd’s, ni descarga de información a través de Internet... sin embargo dicta un exagerado proteccionismo sobre derechos de autor.
La llamada Ley Lleras (de acuerdo al segundo apellido de su proponente) es más rígida aún que la actual ley 23 del 82, opuesto al carácter inicial que planteaba una flexibilización sobre los derechos de autor, buscando que sus principios incentivaran menos a la piratería de tal manera que los precios de software, música y material informático tuvieran una reducción de precios (que son descarados en nuestros territorio nacional) y lograr una lucha contra la violación de los derechos de autor... esta batalla, que hace mucho perdieron, se libra a diario en cada calle, cada san Andresito, incluso en nuestros pasillos... el derecho a utilizar o citar lo creado por otro como materia prima esta exageradamente restringido, ¿por qué no podemos usar nuestra revolución informática para renovar el mundo? Es porque a pesar de todo el conocimiento sigue siendo peligroso para el estado; la desinformación y la ignorancia son un campo abonado para la creación de mano de obra barata, un pueblo fragmentado en clases sociales y una industrialización y mercantilismo donde cada día valemos menos como personas, y solo importa cuánto producimos, cuanto consumimos.
Mucho se habla sobre el favor hacía las empresas prestadoras del servicio de internet, un gran lucro para ellas, y para quienes han generado el conocimiento... eso es falso. Esta ley solamente favorece a unos pocos quienes lo que buscan es lucro mediante el pago de derechos de autor por el simple hecho de pagar por citar un articulo, una letra de canción o incluso una foto.
¡Por nuestra libertad de expresión y el derecho a la privacidad!
AA
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