ADIOS CLASES SI, PERO CON RESPETO Y DIGNIDAD

La belleza, la atracción; son elementos de nuestras relaciones sociales que se enmarcan en una dinámica de consumo, en la que el cuerpo femenino siempre se ve exhibido como una propiedad, como un trofeo, como un objeto de deseo, como un placer que se compra y se vende sin consultar. El impacto que nos causa esta publicidad, no es de sorpresa moral, es más bien una sorpresa de ver como se subordina la imagen femenina, y se reduce a esa máquina de deseo y de placer que se domina, que se somete a la administración masculina y publicitaria.

El enmarcar esta parte de nuestras relaciones sociales en la lógica de consumo del capital, convierte al cuerpo de cada hombre y de cada mujer en una mercancía, en un producto más como los que se muestran en esta dichosa publicidad; poker, costeña, jose cuervo, fulanito, sultanita, fomentando así la mercantilización de la autonomía de cada mujer, y vulnerando el derecho que tienen sobre su cuerpo, su imagen, sus ganas y sus deseos.

Publicidad repartida

Es una desgracia que un consejo estudiantil de facultad que se supone estudia y analiza las relaciones económicas y sociales, se muestre tan afín al arrebato de la dignidad femenina para promocionar una “audición” que más que un acto cultural legítimo de la comunidad universitaria, se convierte en un festín mediático y normativo que se aleja de la sensibilización de la situación cultural de la imagen de las mujeres y se acerca a un acto sexista y peyorativo hacia la dignidad humana.

Como Comando Estudiantil Bolivariano, reivindicamos el papel de la mujer en la sociedad, la lucha por la consecución tanto de sus derechos sociales como sus derechos sexuales y reproductivos, y también nos declaramos en el marco anti-capitalista como una organización clandestina anti-sexista y rechazamos eventos como estos donde se deslegitima la autonomía de las mujeres.

¡VIVA LA MUJER LIBRE!

¡VIVA LA MUJER AUTONOMA!